martes, 15 de marzo de 2011

Cómo hacer que los alumnos se sientan motivados

Marzo es sinónimo de inicio de clases para los peruanos. Sin embargo, luego de unas largas vacaciones en ocasiones los estudiantes no se sienten suficientemente motivados para iniciar las clases dando el 100% de atención.

¿Qué deben hacer los profesores ante este fenómeno de ‘adormecimiento’ que sufren sus alumnos al inicio del año? ¿Cómo pueden hacer para motivarlos desde el inicio y mantener su atención hasta el final del periodo académico?

Primero: Desterrar el temor al fracaso del alumno ¿Cómo logramos esto? En los centros de estudio, la mayoría de los estudiantes no preguntan en clase por miedo al ridículo, sin embargo, cuando se emprenden tareas con una motivación intrínseca, no se necesita superar ningún preconcepto respecto al aburrimiento, temor al fracaso, aparente inutilidad o falta de aplicación de la tarea. Un buen maestro logra mantener en el alumno el espíritu positivo para que este no pierda el interés en su clase.

Segundo: Deben existir nexos entre el maestro y sus alumnos que vaya más allá del la relativa posición vertical al que muchos están acostumbrados sin que esto signifique los alumnos puedan faltarle el respeto. De esta manera, se captura la atención del estudiante con un trato amical y se despierta en él un deseo por no defraudar a su guía, motivo suficiente para cumplir con lsus labores dentro y fuera del centro de estudios.

Tercero: Un excelente profesor siempre será respetado por sus alumnos. Esto, inequívocamente, significa que mientras más conocimientos comparta el maestro, mientras más hábil sea en sus relaciones pedagógicas, sus clases serán más productivas y los aprendices mantendrán la atención en quien sienten su guía gracias al grado de admiración que le han depositado.

Hay en este sentido un largo camino por recorrer con los docentes, quienes deben asumir que pueden contribuir a generar las motivaciones que sus estudiantes deben tener por sí mismos.

Debemos tener en cuenta que muchos estudiantes no aprenden no porque no lo quieran así, ni porque sean irremediablemente flojos, sino porque no sienten la motivación suficiente con las metas e intereses a los que deben inducirlos sus maestros, los encargados de formar a los profesionales del mañana.

Por: Angela Vásquez Oliver / Universia Perú

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