viernes, 29 de abril de 2011

Culmina la exitosa exposición fotográfica de Angie Keller, "Milagros"

Veo en Angie Keller a una peruana queriéndose reencontrar con su cultura, con su gente, con la religión de sus ancestros. Ella ha vivido lejos la mayor parte de su vida y esta es su particular manera de rendirle culto a lo nuestro, de presentarle al mundo de donde viene, por que es quien es y como ha llegado a serlo.

En Milagros, la exposición fotográfica presentada del 14 al 30 de abril en la Sala miraflorina Luis Miró Quesada Garland, Keller comparte mediante su arte el folklore de una tierra que cree en lo supremo, que ansía la perpetuidad de su alma mediante danzas, cánticos, profesiones y demás actos religiosos que les permitan mantenerse en contacto con la fe que cada uno guarda -con recelo- en su interior.

Una de las fotografías más impactantes muestra a un pequeño niño “atropellado” por el tumulto de gente deseosa por acercarse a la imagen de la Virgen de Chapi. Tal vez, para ellos, tocar la representación de una santa los acerca más al cielo que cuidar la integridad de un indefenso niño.
 
Lo mismo sucede en la foto de la izquierda. Esta vez el atropello no es a niño, sino entre adultos cuyo anhelo más grande es tocar el anda del Señor de los Milagros durante la procesión del mismo. Nunca he comprendido por qué tantas personas se sienten purificadas al tocar un soporte de plata o cuando pasan algodones por las llagas de un Cristo de yeso. ¿A eso no se le llama idolatría? Sí pues, así somos los peruanos y esta exposición lo demuestra.

En la fotografía derecha podemos observar a los pobladores de un pequeño pueblito (no menciona cual) haciendo una larga cola para confesar sus pecados bajo el cielo acusador, omnipresente. Demuestra el fervor de quienes temen por sus almas después de haber caído en pecado. Manifiesta a quienes desean limpiar su alma -y su consciencias- para volver a agradarle a un Señor que todo lo sabe, que todo lo ve.    

Esta magnífica exposición de fotos termina mañana, dense un tiempo para culturizar su alma.


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